Israel se ha visto obligado a congelar una partida de 89 millones de dólares que debería ser transferida a los palestinos, debido al acuerdo de reconciliación alcanzado en El Cairo entre los movimientos nacionalista Al-Fatah y el grupo terrorista islámico Hamás.
El dinero, que proviene de los impuestos y tasas de aduana recogidos a trabajadores y mercancías palestinas durante el mes de abril, debería ser transferido en los primeros días de mayo, proceso que se verá retrasado, por orden del ministro de Economía, Yuval Steinitz porque según explicó el Estado judío no puede financiar a una organización terrorista (Hamás), que además pretende destruirlo y cometer un genocidio.
"La Autoridad Palestina (AP) debe demostrarnos que ningún shekel que recolectamos (para ella) llegará a manos de Hamás y de organizaciones terroristas", dijo el ministro.
Funcionarios israelíes y palestinos tenían previsto reunirse esta semana, como lo hacen a principio de todos los meses, para coordinar el traspaso del dinero, según estipulado en los protocolos económicos del proceso de paz de Oslo (1993-2000).
El "Acuerdo de París" de 1995 establece que Israel actúa como agente de retención para todos aquellos palestinos que trabajan en su territorio y de los depósitos efectuados en puertos israelíes por mercancías que tienen como destino la AP.
Steinitz alegó que Israel "pide a todo el mundo que no contribuya a financiar a Hamás", organización terrorista, tal como aparece tipificada claramente en las legislaciones de Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, "de forma que nosotros tampoco debemos hacerlo, ni siquiera de forma indirecta".
Hace unos días los dos movimientos palestinos, que gobierna de forma separada en Gaza (Hamás) y Cisjordania (Al-Fatah, a través de la AP) desde 2007, anunciaron su intención de firmar un acuerdo de reconciliación el próximo miércoles para la formación de un solo gobierno y el propósito de organizar elecciones generales en el plazo de un año.
El nuevo ejecutivo será una pantalla conformada por tecnócratas y personalidades palestinas apolíticas seleccionadas por un comité conjunto.
Junto con las donaciones internacionales, el dinero que recolecta Israel es parte del presupuesto anual del gobierno de la AP, por lo que el Estado judío teme que acabe llegando a manos de Hamás a través del nuevo gobierno.
"El acuerdo (..) debe preocupar no sólo a cada uno de los israelíes, sino también a todos aquellos en el mundo que aspiran a la paz entre nosotros y nuestros vecinos los palestinos", afirmó el primer ministro, Biniamín Netanyahu, quien recordó que Hamás sigue exhortando "a la destrucción del Estado de Israel".
En un comunicado a los medios tras la reunión semanal con su Consejo de Ministros, agrega que "enviará este mensaje a las capitales de otros países del mundo, y especialmente a los líderes europeos, durante mis visitas esta semana a Londres y París".
El primer ministro exhortó recientemente a una delegación de congresistas estadounidenses que visitaba Israel a que reconsideren el cese de toda ayuda financiera al nuevo gobierno palestino si éste no reconoce a Israel y renuncia a toda forma de violencia.
Por su parte, la AP dijo que decisión israelí es un acto de "piratería financiera", en palabras del negociador jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, para quien además "refleja las peligrosas intenciones de Israel".
El diputado árabe-israelí Ahmed Tibi -quien antes de la revuelta popular libia elogió al dictador Muamar Ghadafi- dijo por su parte que Israel comete "un asalto a las arcas públicas palestinas".
A finales de 2000, con el estallido de la Intifada de Al-Aqsa, Israel suspendió las transferencias al descubrir que las Brigadas de los Mártires del Al-Aqsa, un grupo que perpetraba atentados suicidas contra las ciudades israelíes, vinculada con Al-Fatah, recibía ayuda económica del entonces presidente palestino Yaser Arafat.
Steinitz, dijo que el gobierno de Netanyahu hablará con Hamás si este movimiento reconoce a Israel, desarma a sus hombres y acepta todos los acuerdos previos que el Estado judío firmó con los representantes palestinos, las tres condiciones que en 2006 impuso el Cuarteto de Paz para el Oriente Medio (EEUU; UE, ONU y Rusia).